3.08.2006

Sentir formas que generen sentido



“El arte no es más q representación y formación de una materia, pero la materia se forma de acuerdo con un irrepetible modo de formar, que es la espiritualidad misma del artista hecha estilo” (Luigi Pareyson)

La obra de arte es siempre un reflejo del interior del artista. El artista, inevitablemente, esta dentro de un contexto socio-cultural, y su obra siempre tendrá algo de ese contexto mezclado con el estilo y el carácter del autor, y de cómo este se relaciona y entiende su entorno.

No siempre, o casi nunca, nos encontramos en la misma situación, como espectadores, en que estaba el artista en el momento o en el proceso de creación de una obra. Por eso, no podemos, como creadores, pretender que la gente sienta las mismas sensaciones que nos conducen a la creación, lo importante es si nosotros sentimos realmente algo. Si el proceso de búsqueda que se inicia con estas sensaciones es sincero, si es vivido, el resultado se cargará de una energía que podrá hacer vibrar a otras personas, tal vez no del mismo modo que a nosotros, pero generando nuevos sentidos, nuevas sensaciones.

Esta búsqueda sincera en la forma, en el exterior, provoca una evolución interior del artista. Partiendo de esta interioridad, cultivada por la práctica artística, el artista se expresa al exterior, devolviendo al mundo esa energía que le hizo vibrar, regenerada, transformada, reinterpretada.

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